21 de noviembre de 2010

El mito de Babel

EL MITO DE BABEL
Mas Yahveh descendió para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban levantando y dijo: «He aquí que todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el principio de sus empresas. Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo confundamos su lenguaje de modo que no se entiendan los unos con los otros».
El texto bíblico reproducido es estandarte de un prejuicio ampliamente difundido: la diversidad lingüística como obstáculo para el entendimiento común; el plurilingüismo como imperfección y deficiencia, como estado de cosas “antinatural” tanto a nivel individual como colectivo.

En determinados contextos, la actitud “anti-plurilingüe” es del todo inocente y puntual: ¿Quién no ha deseado el monolingüismo universal los días previos al examen de una segunda lengua que nos resulta difícil? ¿Quién no ha maldecido la diversidad lingüística ante las dificultades para hacerse entender en un aeropuerto extranjero, o ante la impotencia de no poder explicar lo que se necesita o desea en una tienda? Lo preocupante del asunto se plantea cuando el “anti-plurilingüismo” trasciende lo anecdótico y se convierte en creencia arraigada, sostenida, además, por intelectuales y supuestos expertos: en el congreso de la Asociación de Academias de la lengua en Bogotá (julio de 1960), Gonzalo Zaldumbide afirmó Imaginemos por un instante que nosotros, como americanos, tuviéramos todavía que entendernos en las mil y una lenguas aborígenes (…) ¡Qué Babel! En tanto que la noble lengua de Castilla nos unificó, nos hermanó desde los comienzos.

El prejuicio analizado se sustenta, a su vez, en otros prejuicios igual de arraigados. Cito a continuación algunos, acompañados de los correspondientes argumentos en contra:
1. Una visión reduccionista de la lengua según la cual los idiomas constituyen “meros” sistemas para transmitir información.
No puede mantenerse que las lenguas están hechas para transmitir pasivamente información, sino más bien para contribuir a la creación de información. (…) De ahí que la pérdida de un idioma (…) suponga una pérdida de información real y potencial, la mayor parte de las veces irrecuperable . Un mundo monolingüe, aun cuando la lengua común tenga recursos expresivos ilimitados, supondría reducir ostensiblemente la capacidad de de generar información. (De Babel a Pentecostés: Manifiesto plurilingüista)
Las lenguas son los vectores de nuestras experiencias, nuestros contextos intelectuales y culturales, nuestros modos de relacionarnos con los grupos humanos, nuestros sistemas de valores, nuestros códigos sociales y nuestros sentimientos de pertenencia, tanto en el plano colectivo como en el individual. Desde el punto de vista de la diversidad cultural, la diversidad lingüística refleja la adaptación creativa de los grupos humanos a los cambios en su entorno físico y social. En este sentido, las lenguas no son solamente un medio de comunicación, sino que representan la estructura misma de las expresiones culturales y son portadoras de identidad, valores y concepciones del mundo. (Informe mundial de la UNESCO)
• La diversidad lingüística no es un castigo divino, muy al contrario, es tanto un derecho como un recurso .
2. El monolingüismo es el estado natural (no marcado) de las personas y de las comunidades, y el plurilingüismo supone una estado anormal.
• Si es el estado natural, ¿por qué se ha tendido y se tiende precisamente a lo contrario?
Contrariamente a la creencia popular, los grandes colectivos sociales y políticos monolingües (…) son cada vez más raros. Actualmente, en todos los países del mundo conviven grupos de diversas lenguas, ya estén o no reconocidos a nivel oficial; ya sea como consecuencia de fenómenos migratorios; ya sea por motivos políticos que han llevado a la unificación de dos o más países; la realidad es que, en la mayoría de los países actuales, la presencia de diversas lenguas es un hecho normal, al menos desde el punto de vista estadístico. La diversidad lingüística (y cultural) es la situación que se da con mayor frecuencia en cualquier país o estado . (De la diversitat cultural a la diversitat lingüística)
3. La mente humana funciona mejor con un solo código lingüístico. El aprendizaje de dos o más lenguas comporta un esfuerzo cognitivo que mina el rendimiento intelectual de las personas .
(…) se ha descubierto que los individuos bilingües o plurilingües, en general, retrasan el inicio de enfermedades relacionadas con la demencia senil al menos cuatro años de la media.
4. (…) cada lengua se aprende independientemente del aprendizaje de otras, como si el cerebro dispusiera de espacios específicos para cada lengua, sin conexión entre ellos. (…) el aprendizaje de una lengua implica empezar de cero, sin aprovechar los aprendizajes lingüísticos anteriores .
(…) conforme se expande la experiencia lingüística de un individuo (…), el individuo no guarda estas lenguas y culturas en compartimentos mentales estrictamente separados, sino que desarrolla una competencia comunicativa a la que contribuyen todos los conocimientos y las experiencias lingüísticas y en la que las lenguas se relacionan entre sí e interactúan. (Marco Común Europeo de Referencia)

El “anti-plurilingüismo” supone, además, tomar una decisión en relación a la lengua escogida para unificar a toda la humanidad. Los comentarios a propósito de qué lengua podría ser la “afortunada” se asientan, a su vez, en otros prejuicios lingüísticos del tipo hay lenguas más avanzadas y evolucionadas que otras, hay lenguas más fáciles que otras, hay lenguas que se pueden aprender mejor que otras… Afortunadamente, dichos prejuicios han sido refutados por la lingüística .

Sería deseable que la postura “babeliana” se fuera extinguiendo a favor de la actitud “pentecostal” ante la diversidad de lenguas,
(…) Todos estos que hablan, ¿no son galileos? Pues ¿cómo nosotros los oímos cada uno en nuestra propia lengua, en la que hemos nacido?
interpretada por J.C Moreno Cabrera en los siguientes términos: (…) el milagro de Pentecostés nos enseña que no se trata de volver a la situación prebabélica, es decir, a una situación monolingüe, sino de hacer compatible la idiosincrasia de los idiomas con la intercomprensión. (…) esto apunta precisamente al tipo de plurilingüismo que se defiende en este manifiesto: el plurilingüismo pasivo o receptivo, en el que una persona es capaz de entender varias lenguas sin necesidad de hablarlas.

Sirvan de conclusión las palabras (irónicas) de Manuel Muñoz Navarrete: Aunque se haya renunciado a otras sabias recomendaciones del Antiguo Testamento (como enterrar viva a tu hermana, lapidar mujeres o aniquilar a quien ose trabajar en domingo) el mito de la Torre de Babel sigue siendo recurrente en pleno siglo XX (y XXI). Según los defensores de la perspectiva aquí simbolizada, la diversidad cultural del mundo, lejos de ser parte del patrimonio cultural de la humanidad y suponer -por tanto- una de las fuentes de riqueza más maravillosas de las que gozamos, es una especie de espanto a suprimir lo antes posible por el bien de la humanidad (que no tiene, al parecer, problemas más serios de los que preocuparse, como el hambre, las guerras, etc.) .



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